Un héroe chileno en el ejercito de Bolivia
Parece muy extraño señalar que en alguna ocasión soldados de Chile estuvieron al servicio del ejército boliviano, sobre todo después de la serie de impases entre el gobierno altiplánico y el chileno en las últimas décadas, pero a sí es, aun que parezca increíble esto último, más extraño es, que un uniformado de Chile sea héroe nacional de Bolivia, obteniendo un alto grado en sus fuerzas armadas y las más importante condecoración que se le puede otorgar a un hombre en batalla, nos referimos al señor Aquiles Vergara.
Esta historia tiene sus raíces durante la más importante conflagración que tuvo este último país durante el siglo XX con su vecino oriental, la república del Paraguay, por la zona conocida como el Chaco Boreal, esta guerra que tiño de sangre el limite de ambas naciones se dio entre el 9 de septiembre de 1932 y el 12 de junio de 1935, ambos países lucharon con toda su energía por el control de esta rica y vasta región en disputa, conociéndose esta conflagración como “La guerra del Chaco”.
Desde el comienzo de la lucha, las repúblicas hermanas de América del sur tomaron una postura neutral, pero esta no fue del todo sincera y trasparente como veremos. En el caso de Chile, el entonces presidente Arturo Alessandri tuvo una clara inclinación de simpatía por la causa boliviana, a tal punto que miró para otro lado cuando los embarques de armas cruzaban desde los puertos de Arica y Antofagasta a las líneas de batalla en el lejano Chaco oriental. Tampoco el gobierno puso muchas objeciones cuando una incesante gotera de oficiales del ejército y hombres de las pampas se iban a Bolivia a participar en la lucha, tanto era la simpatía que causaba los derechos de los altiplánicos sobre el Chaco, que solo se sabé de tres oficiales de Chile que se pusieron a las ordenes de las fuerzas del Paraguay, mientras que unos 105 lo hicieron por Bolivia, entre ellos Aquiles Vergara.
De más esta decir que los oficiales chilenos fueron más que bienvenidos, ya que por 1934 la escases de buenos oficiales en el ejército boliviano era evidente, los altiplánicos habían sufrido una serie de reveses frente al pequeño pero bien dirigido ejército paraguayo, esto obligó al gobierno del presidente Daniel Salamanca a buscar con cierta urgencia tropas mercenarias, encontrándolas en gran cantidad entre los soldados cesantes de las fuerzas armadas de Chile.
Por aquella época, o sea entre 1932 y 1935, la república de Chile sufría una tremenda crisis económica agudizada a su vez, por graves problemas políticos y sociales, esto llevo a una serie de asonadas militares e intervenciones de las fuerzas armadas en política, desde la época del mítico golpe de estado conocido como “Ruido de sables”, la conclusión lógica de esto, fue que cada vez había más soldados dados de baja. Esto motivo que muchos de estos uniformados fueran enganchados como mercenarios para Bolivia, creándose batallones casi completamente compuestos por chilenos, como los famosos “Antofagasta”, “Iquique” y “Arica”.
Era tal la llegada de soldados profesionales de Chile, que Paraguay comenzó a sentir el peso de estos hombres de armas, es así que, presionó al gobierno de Chile a que decretará en 1934 la ley que prohibía a los países en disputas contratar soldados chilenos, no debemos explicar que esta ley fue letra muerta, ya que los soldados chilenos siguieron afluyendo hacia Bolivia y su causa, a tal punto, que en el momento en que los paraguayos entraron en el Chaco altiplano, durante la tercera fase de la guerra, los bolivianos, junto a sus numerosos mercenarios chilenos le infringieron una contundente derrota, a tal punto que los soldados del Paraguay retrocedieron casi cien kilómetros hacia el Chaco Boreal.
Es durante este hecho de armas que el oficial Aquiles Vergara Vicuña va a tener una importante y notable acción. El teniente coronel Aquiles Vergara Vicuña, se engancho a través de la legación boliviana en Santiago, en octubre de 1934, salió con rumbo a la Paz, de donde paso hacia las regiones del oriente boliviano, recibiendo una calurosa acogida del propio comandante en jefe del ejército, el general Enrique Peñaralda Castillo, fue nombrado Comandante de Artillería del Primer Cuerpo, para rápidamente ser ascendido a Subinspector de la Inspección de Artillería, para luego y meteóricamente ser nombrado Comandante de Artillería de la Cuarta División, para más tarde pasar a convertirse en Jefe de Operaciones del segundo cuerpo de ejército, participandó en importantes encuentros de armas, terminada la confrontación Aquiles decidé quedarse en el ejército de Bolivia, en donde llegará al rango de general, terminando su carrera en las fuerzas armadas de Bolivia veinte años después, en 1954, como homenaje a este valiente chileno, una calle de la ciudad de La Paz lleva su nombre.
Aquiles no fue la excepción, sino la línea general, otro importante caso es el del oficial Ortega Beiza, quien no dudo un instante en lanzarsé a la bayoneta calada sobre los paraguayos encontrandó la muerte entre las balas de sus enemigos en 1934, la población de Bolivia le rindió un sentido homenaje como héroe de la patria y se le enterró con honores militares, de acuerdo a su acción, en 1936 cuando sus restos fueron repatriados y sepultados en el cementerio General de Santiago, los miembros de la embajada en pleno asistieron a su entierro.
Este importante acercamiento entre ambos países se vinieron a quebrar recién durante el gobierno de Jorge Alessandri y el problema del rio Lauca, pero aun está en la memoria de los bolivianos el gran e importante aporte de los chilenos a su causa y su patria.
1.- Jeffs, Leonardo. “ Chile y la Guerra del Chaco”.