domingo, 9 de febrero de 2020

Un chileno en el ejército imperial chino.







¡Aquí nos fregaron…se jodió la China!
Un chileno en el ejército imperial chino.

                El dicho: hay un chileno en todas partes, parece bastante acertado, este es el caso de un casi desconocido chileno que lucho en las fuerzas imperiales del Celeste Imperio durante la trágica guerra del Opio 1856 - 1860. El hecho nos lo relata Patricio Lynch, que por esa época era guardiamarina con 16 años  de edad, en la Real Marina Británica. Durante el asalto a la fortaleza de Cheupú, el joven Lynch recién ascendido,  va a cargo de un batallón de marinería, que con grandes esfuerzos se abre paso entre los muros de la fortaleza, una vez dentro, se enfrentan a la dura resistencia de los soldados mongoles, quienes colocan una tenaz lucha al asalto de los “demonios blancos”. 


Es en ese momento cuando Patricio coloca atención en un combativo soldado que dirige a un grupo de aguerridos hombres, es más alto que el resto y tiene una tupida barba cerrada, por tanto, no se condice con el grupo racial chino - mongol, definitivamente Lynch se da cuenta que es un occidental aventurero como él, hace fuego contra el hombre, pero no le da, es entonces cuando cree escuchar que el barbudo de dos metros habla en castellano en un acento demasiado familiar, con palabras mitad coloquiales y mitad en garabatos, Patricio hace que sus soldados dejen de disparar y entonces escucha claramente “¡Aquí nos fregaron…se jodió la China!”.
                El joven oficial no lo puede creer, es un chileno, pero debe asegurarse, le grita:
-¿Quién es usted y de dónde viene?-
Se da unos minutos de incomodo silencio y recibe su respuesta:
-“Pancho Guerrero, mi teniente, de Valparaíso” y a continuación en un tono de molestia
-“y usted qué diablos hace entre los gringos”. Lynch que no desea matar a un compatriota, le grita de devuelta:
-“¡Rinda usted el fuerte y hablamos!-



Como la situación a todas luces estaba perdida para el ejército imperial chino, Pancho rinde su posición y el fuerte cae en manos inglesas, Lynch cuida de su compatriota, lo lleva frente al Comodoro británico a quien le explica la situación. Este último ve muy simpático el  caso y se aviene a dar un salvoconducto  a Pancho quien se marcha, quizás de vuelta a la ciudad de Valparaíso, no lo sabemos, lo cierto que se despide de Patricio Lynch muy agradecido que le salvara la vida.      

Bibliografía.
1.- Maldini, Héctor. El Príncipe.
2.- Lynch, Patricio. Memorias al gobierno de Chile del general en jefe en operaciones en Perú.
     

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